Surgido hace tres siglos como una celebración vinculada a la élite económica local, con actividades como carreras de caballos, ferias y reuniones familiares, el San Juan camagüeyano se transformó con el tiempo hasta convertirse en una verdadera fiesta popular.
No exento de polémica y de detractores, y a pesar de la compleja situación electroenergética, Camagüey celebra su carnaval desde el 23 y hasta el 29 de junio, defendiendo así una tradición originaria de la antigua villa de Santa María del Puerto del Príncipe.
Para este 2025 se ha previsto un evento sencillo, con prioridad en los espacios abiertos y las actividades culturales que se concentran en cinco áreas principales: Plaza del Gallo, Plaza de la Libertad, Avenida Javier de la Vega, el Club Ferroviario y la Casa de la Trova.
Este miércoles, congas y comparsas llegaron con sus particular sonoridad, diferente a las del resto del país, a los barrios de la ciudad: Plaza Joaquín de Agüero, calle Francisquito, parque Cristo hasta San Ramón y Vía Blanca.
La festividad creció durante el siglo XIX con la incorporación de congas, comparsas y carrozas, rasgos distintivos que se mantienen vigentes, por eso los días 26 y 28 se dedican a los paseos por la avenida de la Libertad hasta Plaza del mismo nombre, con el protagonismo de cinco carrozas patrocinadas por empresas estatales.
Durante estos días agrupaciones musicales y danzarias tendrán espacios en los barrios camagüeyanos y los sitios más alejados del centro de la ciudad. Y especialmente la noche del 27 de junio en la Plaza de la Libertad, artistas dramáticos y musicales abordará los 300 años de festividades en el espectáculo Memorias de un San Juan.
El tradicional Teatro del Pueblo acoge distintas presentaciones en la Plaza del Gallo, con artistas de la ciudad que ofrecerán su arte a toda la familia.
Los niños también podrán disfrutar de su Carnaval el sábado 28 y como una de las tradiciones más esperadas cierra el San Juan camagüeyano el acostumbrado entierro de San Pedro, el 29 de junio.
Defender el San Juan camagüeyano en estes condiciones es también defender la identidad de un pueblo que lleva tres siglos cultivando una tradición.