Toni Mas, un joven futbolista hispanocubano que desea representar a Cuba. Foto: Antonio Fernández/ Deporte Balear.

La historia de Toni Mas es una historia diferente: una historia de sueños alcanzables y de pasión desmedida por un deporte que representa mucho más que una mera actividad física. Una historia, eso sí, escrita con ribetes de cubanía y de sentimientos de afecto hacia esta Isla, porque como él mismo asegura, se enamoró del fútbol el día en que llegó a Segundo Frente, en Santiago de Cuba, y jugó en un terrenito de tierra, con una pelota medio desinflada, junto a las mejores personas que ha conocido, sus amigos. Desde entonces, Toni lleva a Cuba en el corazón.

Nacido en un pueblo de Palma de Mallorca hace 16 años, el joven delantero de madre cubana entrena a diario en busca de dos metas: jugar en el fútbol profesional y vestir los colores de la selección de la Mayor de las Antillas. En este instante, defiende el escudo del club Atlético Baleares, uno de los históricos de la región, que milita en la Segunda B española, aunque hace algunos años ya se desempeñó en el grande de las islas, el RCD Mallorca, de los tradicionales en Primera y que hace poco ascendió a la división de plata.

Con una estatura de 1.77 metros, Toni suele jugar en la posición de extremo derecho, aunque su polivalencia le permite desempeñarse en todas las zonas de ataque, ya sea por banda izquierda o como delantero centro. También ha sido situado por los técnicos en el carril derecho de la zaga, pues puede explotar su velocidad y físico, las dos principales virtudes que posee sobre el césped.

– ¿Cómo empezaste en el fútbol?

Empecé en el equipo del pueblo donde vivo, Andratx, en la escoleta (categoría 3-4 años), y en ese momento tuve la suerte de que mi primer entrenador fuera Fernando Leal. Al año siguiente pasé a la categoría pre-benjamín con unos 6-7 años y ya en la temporada posterior, en el segundo año, quedamos campeones de Liga y acabé anotando 64 goles.

– ¿Cuándo te diste cuenta de que realmente el fútbol era lo tuyo?

Siendo infantil, de segundo año, hice una grandísima temporada, recibiendo incluso buenas ofertas dentro de la isla y algunos rumores de fuera también. Ya en la temporada siguiente me fui al Baleares, equipo en el cual estoy ahora, y acabé esa campaña con 26 goles, la mejor que he hecho hasta ahora, creo yo.

Pero del fútbol me enamoré, sinceramente, cuando fui a Cuba hace unos cuatro años, en el 2014. Pues mira, desde entonces, empecé a valorar este deporte y lo complicado que es, al ver que en Cuba no tienen muchas cosas materiales y deportivas, que para mí, aquí en España, son algo común, y sin embargo juegan con una pasión muy especial.

A partir de ese momento decidí centrarme con más fuerza en el fútbol, aunque era pequeño, pues solamente tenía 11 años. Este último verano, el del 2017, fui a Cuba nuevamente y ya con más sentido de razón me di cuenta de otras tantas cosas, como que mi familia sufría muchísimo si algo no me iba bien en el mundo del fútbol, que todos mis amigos del barrio en Mayarí se preocupaban por mí, que incluso gente que no conocía (tanto niños pequeños como adultos y ancianos) me preguntaban y me escuchaban como si yo fuera una estrella.

Todo eso me hizo sentirme más fuerte para luchar por lo que más de uno de esos amigos quisieran lograr si estuviera en mi situación. Aparte, creo que mis padres y mi hermano pequeño también se lo merecen. Luchan y me ayudan en todo este mundo, como mi abuela desde Cuba.