Huracán Ian

La Habana, 29 sep (ACN) La categoría tres en la escala de Saffir-Simpson (SS-3), de un máximo de cinco, caracterizó la fortaleza e intensidad del huracán IAN, que azotó localidades de las regiones occidental y central de Cuba en menos de 72 horas.

Con semejante fuerza y violencia, fenómenos hidrometeorológicos parecidos le emprendieron contra el territorio nacional hace 20 años, lo cual evidencia su comportamiento generalizado durante la temporada ciclónica.

 

Tales amenazas transcurren en el área geográfica del océano Atlántico tropical, incluidos el Golfo de México y el mar Caribe, que comienza el 1 de junio y concluye el 30 de noviembre y evidencia la virulencia del semestre enigmático, sobre todo a partir de agosto.

Una compilación sobre el particular, del profesor Luis Enrique Ramos Guadalupe, coordinador de la Comisión de Historia, de la Sociedad Meteorológica de Cuba, observó que en las últimas dos décadas al territorio nacional lo golpearon tres huracanes categoría SS-3, entre 2002 y 2021.

Aunque hubo otros, centró la atención en esa clasificación, cuya lista comenzó con Charley, que cruzó sobre La Habana y Artemisa del 12 al 13 de agosto de 2004.

Cuatro años después apareció Paloma, del 8 al 9 de noviembre de 2008, con una corta trayectoria por el sur de Camagüey.

La Organización Meteorológica Mundial nombró Sandy al más reciente de ellos, que cruzó sobre el extremo oriental cubano el 25 de octubre de 2012, bien recordado por el poder destructivo de sus vientos en la ciudad de Santiago de Cuba, y en la costa meridional de esa provincia.

Ramos Guadalupe comentó también a la Agencia Cubana de Noticias que la escala Saffir-Simpson para medir la intensidad de los huracanes, la idearon hace unos 50 años, teniendo en cuenta escenarios específicos en los Estados Unidos.

Explicó que señala y describe cinco diferentes tipos de impactos según la intensidad de los vientos en superficie, aunque después la tabla la modificaron y ampliaron en varios esquemas que consideran rangos de presión atmosférica, velocidades del viento y la altura potencial de las mareas de tormenta.

Ahora, lo más importante a saber es que, cuando se categoriza un sistema en el tercer nivel de la escala, no se refiere a un huracán tres veces más destructivo que otro de la categoría uno, como pudiera suponerse aritméticamente, señaló.

El hecho es que cada cambio de nivel se calcula de manera exponencial: eso implica que un huracán de categoría tres resultará, en potencia, nueve veces más devastador que uno de la primera categoría, advirtió.