Incendio Matanzas Foto: Ricardo López Hevia

Mientras dure la quema de combustible en la Base de Supertanqueros de Matanzas, y con ello la emisión hacia la atmósfera de la densa columna de humo generada por el siniestro, debemos esperar un incremento de las lluvias ácidas en aquellas zonas afectadas por la nube de contaminantes, donde ocurran precipitaciones.

Así lo resaltó a Granma el doctor en Ciencias Osvaldo Cuesta Santos, reconocido experto en el tema, del Centro de Contaminación y Química de la Atmósfera (Cecont), del Instituto de Meteorología, al valorar los probables impactos ambientales del trágico accidente.

Recalcó que, el crudo nacional tiene un alto contenido de azufre, uno de los componentes que se eleva, convertido en dióxido de azufre, y reacciona con la humedad del aire, junto al óxido de nitrógeno, dando lugar a las lluvias ácidas.

En Cuba, las investigaciones desarrolladas en el Cecont revelan que este fenómeno es más frecuente en la zona minero-metalúrgica de Moa y Nicaro, Pinares de Mayarí, Nuevitas, Cienfuegos, Palo Seco, en Camagüey y, el tramo Mariel-La Habana.

De acuerdo con lo planteado por el doctor, la lluvia registrada el sábado, en lugares puntuales del norte de la región occidental, arrastró esos acidificantes, partículas de hollín y otros contaminantes hasta la superficie, de ahí que, al recoger el agua de lluvia, algunas personas observaran una tonalidad oscura dentro de los recipientes.

Si bien en las áreas más cercanas al incendio se registran las mayores concentraciones de dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, monóxido de carbono y de nitrógeno, partículas suspendidas y compuestos orgánicos volátiles, por el empuje de la columna de humo hacia el oeste, debido a los vientos de componente entre el este y el nordeste, esos indicadores también pueden elevarse en la parte norte de Mayabeque, La Habana e, incluso, Artemisa, indicó el científico.

EL CITMA ACLARA INQUIETUDES

No existe incremento de las enfermedades respiratorias en el Occidente del país como resultado de las emisiones de gases, comunicó el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

Esto se debe, explica el Citma, a que las mayores concentraciones están entre los cuatro y seis kilómetros de altura y son menos significativas sobre la superficie.

El Citma recomendó usar el nasobuco, así como evitar exponerse a las lluvias, que en lugares donde coincidan con el paso de la nube de humo, pueden tener coloraciones oscuras.

Están identificadas las áreas de atención diferenciada, y no hay afectaciones en Varadero.

Aclaró el Ministerio que en la zona del incendio no hay almacenada ninguna otra sustancia química peligrosa que pueda complicar la situación.

Aseguró, además, que se mantendrá la atención y el seguimiento a este fenómeno, así como la información oportuna a toda la población.

ESTE SERÍA EL EVENTO MÁS DEVASTADOR ASOCIADO A UNA DESCARGA ELÉCTRICA EN CUBA

El profesor Luis Enrique Ramos Guadalupe, historiador de la meteorología en Cuba, comentó a Granma que este sería el evento más devastador de su tipo en la historia de nuestro país, asociado a una descarga eléctrica.

«No existen referencias en los archivos de un hecho similar que haya generado un siniestro de tal envergadura. Según la cronología analizada, el primer fuego originado por esa causa tuvo lugar el 30 de junio de 1741, cuando en medio de una tormenta, un rayo cayó en uno de los palos del navío Invencible, amarrado en el muelle de San Francisco, en La Habana.

«Se produjo de inmediato un incendio que alcanzó un depósito cercano de pólvora y municiones, provocando una estruendosa explosión, cuya onda expansiva dañó los buques cercanos y hundió un número indeterminado de embarcaciones de pequeño tamaño».

Pedazos del barco fragmentados cayeron sobre las casas en la calles de los Oficios, Lamparilla, Amargura y Baratillo, en tanto los techos de teja del castillo Real de la Fuerza y las paredes de la Iglesia Parroquial fueron también dañados, aseveró el profesor Ramos Guadalupe.