Consejo Nacional de Innovación

La sesión del Consejo Nacional de Innovación correspondiente al mes de mayo, encabezada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, analizó el Proyecto Estratégico: “Introducción de nuevas tecnologías para el incremento de la producción azucarera y sus derivados”.

Para argumentar la necesidad del plan en el momento actual, la vicepresidenta de Azcuba, Mariela Capote Gallardo, explicó que la caña, que es el soporte de la industria azucarera, ha tenido un comportamiento descendiente en sus niveles productivos, hay un desgaste progresivo en la industria, mientras que de las 93 medidas aprobadas en diciembre de 2021, las relacionadas con financiamiento, no se cumplieron.  

A partir de esa falta de respaldo económico – financiero en divisas para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento del sector, se origina este proyecto, el cual busca –insistió la directiva- incrementar los ingresos por exportaciones que permitan el crecimiento del sector cañero-azucarero y aportar a la economía del país, a partir de la implementación de  innovaciones tecnológicas, financieras y organizacionales.

Seis componentes integran el plan, entre ellos los Proyectos de Ciencia, Tecnología e Innovación, los Programa de Inversión Extranjera y de Inversiones en Innovación, así como Proyectos de Cooperación Internacional, otras Fuentes de Financiamiento y la Sostenibilidad.           

En función de implementarlo se han unido 13 organismos estatales, 12 universidades y sus centros  municipales  y el entramado empresarial y agropecuario del sector  con todas sus formas productivas no estatales.

En el Salón de los Plenos del Palacio de la Revolución y ante los expertos que integran el Consejo Nacional de Innovación, la vicepresidenta de Azcuba definió cuáles son las metas que se proponen, las cuales calificó de muy altas, pero alcanzables a partir de potencialidades que distinguen la actividad cañero-azucarera y sus trabajadores.

Una de esas fortalezas es precisamente –apuntó Capote Gallardo- la economía circular, porque desde el procesamiento de la caña se puede generar energía, producir azúcar y derivados, lo que permitiría que una vez cumplidas las metas específicas del proyecto, que la industria azucarera recupere su papel de aportador de divisas a la economía nacional.

Al concluir la presentación del proyecto, como es habitual, el grupo de científicos que integran el Consejo Nacional de Innovación expresó sus criterios, no siempre coincidentes. El  Dr. Osney Pérez Ones, vicerretor de la Universidad Tecnológica José Antonio Echeverría (CUJAE), instó a la dirección de Azcuba a especificar los modelos de desarrollo y de negocios, así como a incorporar otros problemas más allá del financiamiento, que hoy lastran la sostenibilidad y el crecimiento del sector.

Se hace necesario definir cuál será el motor impulsor del desarrollo de la industria azucarera cubana –reflexionó el académico- este tiene que ser –dijo- un modelo moderno y sostenible. “¿Será el modelo de biorefinería? Hay que dejar atrás la visión tradicional de este sector para convertirlo en uno estratégico de transición energética, de producción de alimentos y derivados con alto valor agregado, a partir de un enfoque de economía circular, que a la vez tribute a la seguridad energética y a la sostenibilidad ambiental”.

El Dr. C. Luis Alberto Montero Cabrera, profesor de la Universidad de La Habana, se refirió al eslabón inicial de la cadena: el productor cañero. “Todas las condiciones naturales para que la caña sea la reina de nuestros cultivos están dadas, pero además la historia dice que es así. Algo pasa que hoy en día a un productor no le conviene hacer, que prefieren dejar los campos en barbecho que sembrar, este es un problema económico que hay que analizar, el de los precios, porque el único cliente que tiene un productor de caña de azúcar es el central”.

Como base de un nuevo modelo, el Dr. Angel Rubio González, profesor de la Universidad Central Martha Abreu de Las Villas, propuso enfocar la producción en una matriz de producto que dé las mayores ganancias por toneladas de caña, porque “la economía circular de por sí no garantiza maximizar ganancias”, apuntó.

De igual manera propuso que la industria de la caña de azúcar establezca como una política que el “desarrollo de sus bases energéticas debe hacerse con parámetros acorde al potencial de caña del central, pero siempre con la idea de explotarla todo el año y tener como combustible para fuera de zafra la biomasa cañera y forestal”.

El Dr. C Jorge Núñez Jover sugirió que el proyecto debe incluir el papel y transformación de las comunidades donde se desarrolla la industria agroazucarera y tener en cuenta las estrategias de desarrollo locales y provinciales, los centros politécnicos de formación, los incentivos para los productores y habitantes, aunque no trabajen directamente en los ingenios.

Por lo que representa en más de 500 años de historia cubana, por la tradición de generaciones, porque 50 municipios del país tienen la agroindustria azucarera como actividad económica principal, el Jefe de Estado Cubano afirmó que es emergente y estratégico implementar el proyecto para revertir la situación actual.

El mandatario indicó enriquecer el plan con todas las observaciones que se realizaron en la sesión del Consejo Nacional de Innovación e iniciar una etapa de implementación, para cuyo seguimiento designó al vicepresidente Salvador Valdés Mesa.